skip to main |
skip to sidebar
Tan sólo por una moneda,
mis dedos danzarán dichosos sobre mi acordeón.
Tan sólo un pedazo de metal,
las notas se alzarán alegres por el aire,
rodeando a los caminantes,
que sordos no oirán,
el humilde cántico
que clama solidaridad.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario